Por qué el Tour del Mont Blanc es la ruta de senderismo más famosa de los Alpes
- martaigualm
- 7 ago
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El Tour del Mont Blanc (TMB) no es solo una ruta de senderismo: es un mito. Con sus 170 kilómetros y sus 10 000 metros de desnivel positivo, atrae cada año a miles de senderistas de todo el mundo. Y con razón: atravesar Francia, Italia y Suiza a pie, al ritmo de los valles alpinos, es vivir una experiencia única entre paisajes grandiosos y una inmersión cultural.
Pero más allá de las cifras, ¿por qué el Tour del Mont Blanc está considerado como la ruta de senderismo más emblemática de los Alpes?

Una ruta de senderismo alrededor del «techo de Europa»
El Mont Blanc, con sus 4.809 metros de altitud, es más que una cima: es un símbolo. Apodado «el techo de Europa», encarna desde hace siglos el sueño de la exploración y la aventura. Recorrer todo este macizo es caminar a la sombra de un gigante, atravesar paisajes en los que se mezclan glaciares resplandecientes, picos graníticos y valles verdes.
Cada etapa revela una nueva faceta de este gigante de roca y hielo, desde el encanto bucólico de los pastos alpinos de Saboya hasta la dureza mineral de los puertos fronterizos.
Tres países, tres culturas, una sola aventura
Una de las particularidades del TMB es que conecta tres territorios alpinos, cada uno con su propia identidad:
Saboya (Francia): cuna del alpinismo con Chamonix, donde todo comenzó en el siglo XVIII. Sus aldeas de madera, sus quesos como el beaufort y sus tradiciones pastorales aportan al trekking una autenticidad acogedora.
El Valle de Aosta (Italia): un mundo aparte, con sus pintorescos pueblos, su sabrosa gastronomía y su cálida acogida. El paso por Courmayeur, frente a la vertiente sur del macizo del Mont Blanc y la Aiguille Noire de Peuterey, es uno de los momentos más espectaculares del recorrido.
El Valais (Suiza): más tranquilo, con sus bosques, sus chalets floridos y sus lagos de montaña como Champex. Aquí, el tiempo parece detenerse, ofreciendo una atmósfera de serenidad incomparable.
Esta diversidad cultural y paisajística hace que el Tour del Mont Blanc sea mucho más que una simple excursión: es un viaje transfronterizo que conecta tres mundos alpinos.
Un mosaico de paisajes alpinos
El TMB es un concentrado de todo lo que la montaña puede ofrecer:
pastos alpinos floridos, donde pastan los rebaños en verano;
puertos espectaculares como el Col de la Seigne o el Grand Col Ferret, que marcan a la vez fronteras naturales y culturales;
valles profundos, donde los torrentes esculpen la roca;
lagos de altura, espejos azules al pie de las cumbres nevadas;
panorámicas impresionantes, como la del famoso lago Blanc, frente al macizo del Mont Blanc.
Es esta diversidad paisajística la que tanto seduce: cada día es diferente, cada valle cuenta una historia.
Una ruta de senderismo popular... pero mítica.
El Tour del Mont Blanc es hoy en día una de las rutas de senderismo más transitadas del mundo. Algunos podrían rechazarla por miedo a las multitudes. Pero esta afluencia también es una señal: el TMB se ha convertido en un rito de iniciación para los amantes de la montaña.
Al igual que el Camino de Santiago para los peregrinos espirituales, el Tour del Mont Blanc se ha convertido en una ruta imprescindible para los apasionados del senderismo. Caminar junto a excursionistas procedentes de Australia, Japón o Estados Unidos es compartir una experiencia universal y crear recuerdos comunes en torno a la cima más alta de Europa.
La carrera del Ultra Trail de Mont Blanc
La fama del TMB no solo se debe a sus paisajes, sino también al Ultra-Trail del Mont Blanc (UTMB), una carrera mítica creada en 2003. Cada verano, los mejores corredores de trail del mundo se lanzan a recorrer esta misma ruta, pero en una sola etapa de 170 km y 10 000 m de desnivel positivo.
Este evento internacional contribuye a la leyenda del TMB, reforzando su imagen de ruta mítica y extrema, pero también accesible para todos a su propio ritmo. Porque mientras los campeones corren en menos de 24 horas, los excursionistas se toman su tiempo para disfrutar de cada puerto, cada valle, cada encuentro.
Por qué hay que hacerlo al menos una vez en la vida
El Tour del Mont Blanc seduce por su combinación única:
una cima mítica que domina Europa;
tres países, tres culturas, tres cocinas por descubrir;
una variedad de paisajes sin igual en los Alpes;
una aventura humana, llena de encuentros y momentos de compartir;
una logística y una accesibilidad que lo hacen asequible, incluso para los excursionistas menos experimentados.
Es esta alquimia la que explica por qué el TMB se considera hoy en día la ruta de senderismo más famosa de los Alpes y, sin duda, una de las más bellas del mundo.
Hacer el Tour del Mont Blanc no es solo caminar alrededor de una cima. Es vivir un viaje a través de las culturas alpinas, dejarse maravillar por paisajes grandiosos y compartir una aventura universal.
Sí, es popular. Sí, está muy concurrido. Pero es precisamente porque el TMB es excepcional por lo que atrae tanto. Como dice el refrán: los caminos más bonitos son los que se comparten.



